Pocos edificios cuentan la historia de una ciudad con tanta fuerza como Santa Sofía de Estambul. Erigida en el corazón de la ciudad como monumento vivo a 1.500 años de historia, Santa Sofía comenzó siendo una iglesia del Imperio Romano de Oriente y más tarde se convirtió en mezquita, museo y, ahora, de nuevo mezquita. Tras haber sido testigo de conquistas y cambios culturales reflejados en su arquitectura y grandeza, este monumento declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO sigue atrayendo a viajeros de todo el mundo.