Contrariamente a su monumental presencia actual, Santa Sofía no siempre fue grandiosa. Las dos primeras versiones, construidas en los siglos IV y V, eran estructuras de madera destruidas por las revueltas. En el siglo VI, el emperador Justiniano I encargó la tercera y emblemática versión, con la innovadora cúpula a gran escala que reinó durante casi un milenio.